jueves, 1 de diciembre de 2011

Nadar:elevando la fotografía a la altura del arte (II)


Biografía y mayores logros (I): entre periódicos y trincheras.

Gaspard-Félix Tournachon nació en París en 1820, y murió en la misma ciudad 90 años más tarde. Conservamos numerosas fotografías de su apariencia, pero resulta especialmente literaria la descripción que de él hizo Julio Verne en De la Tierra a la luna, cuyo personaje, Michel Ardan, estaba profundamente basado en Nadar.
“Era éste un hombre de cuarenta y dos años, alto, pero cargado de espaldas, como esas cariátides que sostienen balcones en sus hombros. Su cabeza enérgica, verdadera cabeza de león, sacudía de cuando en cuando una cabellera roja que parecía realmente una guedeja. Una cara corta, ancha en las sienes, adornada con unos bigotes erizados como los del gato y mechones de pelos amarillentos que salpicaban sus mejillas, ojos redondos de los que partía una mirada miope y como extraviada, completaban aquella fisonomía eminentemente felina. Pero la nariz era un dibujo atrevido, la boca perfecta, la frente alta, inteligente, y surcada por un campo que no ha estado nunca inculto. Un cuerpo bien desarrollado, descansando sobre unas largas piernas, unos brazos musculosos, que eran poderosas y bien apoyadas palancas, y un continente resuelto, hacían de aquel europeo un hombre sólidamente constituido, que más parecía forjado que fundido, valiéndonos de una de las expresiones del campo metalúrgico” - Julio Verne, descripción de Michel Ardan en De la Tierra a la Luna (1865).
Autorretrato, por Nadar.


Nació en el seno de una familia de origen lionés afincada en la capital. Hijo de un impresor y librero, Victor Tournachon, sufrió los numerosos reveses económicos de su padre, teniendo que frecuentar diferentes internados. Tras la muerte del padre en 1837, Gaspard-Félix comenzó a estudiar medicina en Lyon,  pero se vio obligado a abandonar los estudios para poder trabajar y mantener a su madre y su hermano pequeño.

Trabajó, desde los 18 años, en varios periódicos lioneses, antes de volver a instalarse en París, donde colaboraría en varios petites feuilles. Nadar se decantó entonces por la actividad periodística y por la caricatura. Le Corsaire imprimió sus primeros cuentos y Le Charivari , sus caricaturas. Junto a Polydore Millaud fundó La Audiencia, un periódico judicial, y frecuentó la bohemia parisina, juntándose, entre muchos otros, con Gérard de Nerval, Charles Baudelaire y Théodore de Banville. Sus amigos artistas, le apodaban Tournadar, debido a su costumbre de añadir a la última palabra de cada frase la terminación dar: de una manera graciosa, esto acabó convirtiéndose en su pseudónimo, Nadar.

Pero la vida era dura y Nadar sobrevivió como pudo: escribió novelas y dibujó caricaturas. Gracias a la ayuda financiera de un amigo, se lanzó, a los diecinueve años, a la aventura de la crear una prestigiosa revista, El libro de oro, de la que fue redactor. Consiguió que participaran en ella gente como Balzac, Dumas, Teófilo Gaultier, Nerval, Gavarni y Daumier. Desgraciadamente, dejó de editarse al noveno número, a pesar de un éxito considerable.

Políticamente hablando, Nadar era un republicano convencido y pertenecía al grupo de intelectuales simpatizantes con la Revolución del 48. En 1848 se alistó en la Legión Polaca, para prestar socorro a dicho país: ahí fue hecho prisionero y, testarudo (o increíblemente íntegro), rechazó la repatriación gratuita, y se vio obligado a trabajar en una mina para poder pagarse el viaje de vuelta a París, que para más inri, realizó a pie. Además, durante el largo viaje fue también capturado por oficiales prusianos.

A su vuelta, el gobierno provisional solicitó su colaboración, y el jefe de gabinete del Ministro de Exteriores le contrató como agente secreto. Su sed de aventuras, a pesar de la experiencia polaca, le llevó a seguir los movimientos de las tropas rusas en la frontera con Prusia.

De vuelta a París, retomó sus actividades como caricaturista en periódicos pequeños, haciéndose poco a poco un nombre. A partir de 1851, se dedicó a un gran proyecto, el Museo de glorias contemporáneas, para el cual, con la ayuda de varios colaboradores, reunió a los grandes hombres del momento con el fin de dibujarlos, y muchas veces los fotografío primero. El conjunto de este trabajo, incluye a más de 300 hombres ilustres de la época, con un total de más de 1000 viñetas, y constituye un panteón que le aportará mucha fama, bajo el nombre de Panteón de Nadar.



Honoré de Balzac, Charles Baudelaire, Gustave Doré
Théophile Gautier, Edmond de Goncourt, Victor Hugo

Prosper Merimée, Henry Murger, Jacques Offenbach

En un momento de debilidad económica, se vio animado por su amigo el escritor Eugéne Chavette a comprarse una cámara, y así empieza su actividad como retratista.

Continuará...

2 comentarios:

  1. Interesante entrada esta de Nadar, que tengo que confesarle solo lo conocía de oidas.

    Y es impresionante la lista de celebridades que ha escrito que Nadar dibujó o fotografió.

    A la espera de esa continuación, madame...

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